domingo, 28 de febrero de 2016

Kanye West - The Life of Pablo (2016)


Pocos artistas aparecidos en los últimos 15 años han generado reacciones tan diversas en el público, la prensa y la crítica musical como Kanye West (Atlanta, 1977). Es más, si estás leyendo esto, es muy probable que tengas ya bien formada una opinión sobre el sujeto de esta reseña y es por ello que casi se podría afirmar que Kanye es el artista más polarizante de los últimos 15 años, no solo dentro del hip-hop sino en un nivel general. Aquí el tema ya no tiene que ver sólo con la clásica dicotomía de amarlo u odiarlo, sino que la relación que uno puede tener con él conlleva un mayor grado de complejidad: se puede perfectamente detestar su imagen pública y todo lo que esta incluye (su arrogancia, sus bravatas, su habitual figuración, su megalomanía, etc.) y apreciar su música. O se le puede apreciar o aborrecer por todo eso: después de todo, Kanye es uno de esos artistas que han creado un personaje de si mismo -para bien o mal-, que mezcla la fanfarronería con la honestidad brutal, lo que lo ha hecho uno de los nombres más comunes en la prensa musical (y de espectáculos, sobre todo por sus enfrentamientos con otros artistas, su vida personal y su publicitado matrimonio con la socialité Kim Kardashian). Pero por otro lado, este es uno de esos casos en los que habría que separar hasta cierto punto artista y obra a fin de conservar cierta objetividad: si solo se le detesta por cómo es a nivel personal -o de personaje- y eso nos lleva a desdeñar su música simplemente por tal razón, estaríamos cometiendo un grave error: no hay que olvidar que este sujeto es responsable de buena parte de la música pop más imaginativa y singular de la última década. Habiendo iniciado su carrera como productor (rol que aún desempeña en sus grabaciones, complementado por muchos otros de ese rubro) y trabajando en su momento con -entre varios otros- Jay-Z, Beanie Sigel y Cam'ron, West no tardaría en pasarse al otro lado de la consola, debutando con el avasallante The College Dropout (2004), en el que su peculiar delivery -mitad rapeo, mitad canto hablado- era sazonado por beats tiznados de gospel, soul y R&B. Luego de eso proseguiría una ascendente y meteórica carrera, en la que incorporó también a su sonido una infinidad de elementos sacados de -por ejemplo- el synth-pop, la música orquestal, la electrónica y el pop, haciendo de algún modo que tan ecléctica fórmula suene coherente y convincente, tomando riesgos que la mayoría de artistas en su género no había tomado, cuestionando a traves de sus líricas tópicos varios de la sociedad estadounidense y, lo mejor, lanzando discos de gran factura como Late Registration (2005, producido por Jon Brion) y My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010), cuyo maximalismo sónico, ambición y grandes canciones lo convierten en uno de los mejores títulos de lo que va de esta década. Luego de Watch The Throne (2011), decente colaboración con su mentor Jay-Z, West lanza Yeezus (2013), que era su entrega más experimental hasta la fecha, en la que a la manera de unos Death Grips mezclaba a placer elementos sacados de la música industrial, el electro y el acid-house conformando un disco agresivo, pero en el que -si me preguntan- su consabido eclecticismo no llegaba a cuajar como en discos anteriores al margen de algunos buenos momentos. Pero viéndolo en perspectiva, eso era solo un adelanto de lo que este flamante The Life of Pablo (2016) podía ser.

Desde su propia y accidentada génesis, se podía intuír que The Life of Pablo (cuya grabación fue realizada durante los últimos 3 años en lugares como Italia, México y Canada, además de USA) iba a ser un álbum particularmente guiado por los caprichos de Kanye: su lanzamiento fue retrasado varias veces entre mediados del 2015 e inicios del 2016, lo que también incluía cambios en el tracklist, la secuencia de los temas y hasta en su mismo nombre, hasta que finalmente se editara el 18/02 a través de la plataforma digital Tidal. El resultante es un álbum que si bien a nivel musical conserva algo del abrasivo minimalismo que poseía Yeezus, es incluso más disperso a nivel de beats y producción (por lo que es un poco difícil florear sobre él haciendo referencia a aspectos generales), aunque haciendo cierto énfasis en un aspecto melódico que casi no aparecía en aquel. Desde el (buen) inicio con el gospel marciano de "Ultralight Beam" (con exultantes coros de iglesia y un buen verso cortesía de Chance The Rapper), la constante aquí será el oír a Kanye manipulando elementos a su antojo y metiendo tantas ideas en las canciones que si no se les oye con cierta atención parecen como un conjunto de fragmentos dispuestos de forma aleatoria - ese es basicamente su método de trabajo aquí (un primer ejemplo de eso es "Father Stretch My Hands", partes 1 y 2). No obstante eso, en la primera mitad encontramos temas destacables como "Famous", que tiene la voz invitada de Rihanna (versionando a Nina Simone), cariñosas líneas dedicadas a la popstar Taylor Swift que le echan más leña al fuego de su mediática rivalidad ("I made that bitch famous" - todo un caballlero), una buena base cortesía de Swizz Beatz y un feliz sampleo de "Bam Bam" de Sister Nancy, que vuelven al track uno de los más fácilmente aprehensibles del disco. "Feedback" retoma la agresividad de Yeezus, con sonoridad electro y un belicoso delivery de West ("wake up nigga, wake up!") que son de los mejores que le he oído, y "Freestyle 4" se sirve de un sample de Goldfrapp para crear un clima tenebroso y de cine noir, algo inédito dentro de su discografía. La concisión de "Highlights" conspira para el disfrute de dicho track -a pesar de tener una estructura un tanto bizarra-, a lo que contribuye un ágil rapeo de Young Thug, un buen beat y versos de Kanye sobre su deseo de usar una GoPro en la p**** (!). Tomando en cuenta que éste es un disco de West la inevitable cuota de autoindulgencia también aparece: "Low Lights" (breve interludio en plan spoken-word de religiosa connotación) y "I Love Kanye" (auto-referencial skit que es el instante de mayor humor en el disco) podrían obviarse sin que el conjunto se resienta en lo absoluto. Si el primer tramo de The Life of Pablo se sostiene en los buenos pasajes ya mencionados, a pesar de ese carácter inconexo que irónicamente lo hacen sonar eficaz y sorpresivo, en la segunda mitad la revolución del álbum definitivamente se ralentiza y todo adquiere un tono más meditabundo: "Waves" retoma la impronta gospel y tiene gancheros versos del -por otro lado- impresentable Chris Brown. "FML" tiene otro pegajoso hook a cargo del soulero The Weeknd y un buen rapeo de Kanye superpuestos a un beat más bien monótono. "Real Friends" es otro punto alto del disco, con su mecánica base y su piano loopeado, con líricas de West que parecieran ser honestas y sentidas. "Wolves" y "30 Hours" tienen un sabor a guiso a medio cocinar y me parecen un poco ralas y repetitivas para su propio bien, durando más de lo que deben y son tracks de los que podría prescindir, aunque en la parte final la dinámica "No More Parties in LA" (en la que Kanye intercambia versos con Kendrick Lamar, el nuevo niño mimado del hip-hop) con su marcado bajo y beat funky de onda old-school y "Facts (Charlie Heat Version)" con su amenazante synth y esos sutiles sampleos sacados de "Street Fighter" le devuelven al disco algo del momentum perdido (no sabría definir bien que es "Fade", el tema de cierre, ¿un electro-calypso? ni idea). 

The Life of Pablo (el tal Pablo es al parecer un alter-ego de Kanye) es, al margen de sus momentos destacables, un disco complicado de juzgar como totalidad, es tan volátil y disperso que parece ser diseñado para el shuffle-listening y, como tal, no habría mucha necesidad de oírlo en integridad o al menos en el orden que es presentado: pareciera estar conformado más por pedazos y retazos que por canciones propiamente dichas, dando la impresión de que West nos estuviera presentando el avance de sus pesquisas más que un trabajo totalmente terminado (los retrasos y dudas de su autor previas a su lanzamiento pueden sugerir eso), una suerte de collage caprichoso de ideas, un experimento de ensayo y error. Incluso aunque le tengo mis reparos a Yeezus, aun con todo su feísmo y agresividad, es un trabajo de mayor cohesión que éste y con un norte claro, pero hay varios temas y pasajes en TLOP que me gustan más que las de aquel y que crean una curiosa recordación, por lo que lo he estado oyendo la última semana casi en non-stop; de repente así funciona su peculiar arquitectura. Pablo es ambicioso, impredecible, expansivo, caótico y audaz, cualidades todas que aplican al mismo Kanye West y reflejan su constante búsqueda de nuevos derroteros sónicos, siguiendo su particular y caprichosa musa. ¿A tomar o dejar? quizá, pero fuera de subjetividades y reparos, hay que darle crédito al tipo -a pesar de si mismo- por intentar hacer algo diferente dentro de la música pop actual. 

LesterStone

Óyelo en: Spotify

jueves, 25 de febrero de 2016

Savages - Adore Life (2016)

"If only I'd hidden my lust 
And starved a little bit more 
If only I didn't ask for more
Is it human to adore life?"



Oscuras, tétricas, rabiosas y directas son los adjetivos con el cual se le puede etiquetar al cuarteto londines Savages, que este año lanzan su segundo disco titulado ‘Adore Life’ luego del magnífico debut que fue hace tres años el ‘Silence Yourself’. Musicalmente la banda sigue explorando y explotando el post punk, un género en las que ellas se sienten cómodas, no sólo por sus melodías sino también en su estética, las guitarras siendo densas pero esta vez las melodías son más rudas, la fuerza que impregnaban en su anterior disco no se ha perdido, tampoco su irreverencia, y mucho menos el espíritu contestatario, estando más ásperas y sobre todo rebeldes; Savages sigue pateando traseros, siguen jugando con los acordes de guitarra buscando nuevos sonidos, el bajo sigue siendo vital y potente, dándole peso para hacer melodías más broncas, que van acorde con las letras oscuras que hablan principalmente de desamor, sin duda el ‘Adore Life’ es uno de esos discos necesarios, un disco rebelde y desafiante el cual nos recuerda cual es el “objetivo” del rock.

Track Listing:


domingo, 21 de febrero de 2016

Massive Attack - Ritual Spirit (EP, 2016)


Hay que admitir que una de las primeras sorpresas musicales del año fue tener material nuevo de Massive Attack, así este no conforme un álbum propiamente dicho. Desde que editaran el destacable Heligoland (2010), la actividad del connotado combo electrónico inglés (que ahora funciona como un ente bicéfalo conformado por Robert "3D" Del Naja y Grant "Daddy G" Marshall) en este último lustro se había concentrado principalmente en presentaciones en directo y en adherirse a distintas causas políticas, pero a pesar de haber anunciado en el 2013 que se encontraban trabajando en temas nuevos, no había nada que augurara que estos aparecerían a inicios de este 2016 (28/01/16, para ser más exactos) en diversas plataformas digitales. Los primeros datos a destacar sobre este EP de 4 temas titulado Ritual Spirit, es que cuenta con la participación de Tricky, que colabora con su ex-grupo -que dejó en pos de su carrera solista- por primera vez desde Protection (1994) y es la única grabación (aparte del soundtrack de la película Danny The Dog) en la que el tío Horace Andy no aporta su distintiva voz al conjunto, todo un clásico de Massive Attack. 

Desde los primeros segundos de "Dead Editors" (track que da inicio al EP) se puede entrever que el tiempo transcurrido desde su último lanzamiento les ha servido para poder incorporar sonoridades nuevas a su discurso, pero siempre agregándole su impronta característica: es así que el mencionado tema se desenvuelve en una base uptempo que abreva en las fuentes del 2-step, sobre la que el rapero británico Roots Manuva dispara dinámicos versos; es el tenso y pulsante bajo que se oye de fondo en el que se percibe el proverbial tono oscuro que Massive Attack le imprime a sus creaciones. Dicha tensión también se respira en "Ritual Spirit", que le da título al extended y en el que las notas de guitarra que entran/salen y el amenazante bajo ayudan a crear una densa atmósfera, con una base tribal y efectos de palmadas sobre las que el soulero inglés Azekel entona vocales con mántrico efecto. Los mejores pasajes llegan luego de eso, con "Voodoo in My Blood", tema que también se sirve de percusiones tribales (aunque más complejas y trabajadas que en el tema que antecede) a la que de a pocos se le van superponiendo sonidos diversos de sintetizadores, repetitivas guitarras (la que entra en 1:25 es la que da carácter al track) y la armónica vocalización del tándem hip-hop Young Fathers, que crean un momento de hipnótica naturaleza y galopante intensidad. "Take It There" es el tema en el que participa Tricky, que cierra el EP y que es a mi gusto el más destacado del conjunto. Acá tenemos a 3D y al monstruo de Bristol intercambiando vocales en un call-and-response como en los viejos tiempos sobre una base rítmica de clasicismo trip-hopero, con un piano que va marcando el pulso (que guarda alguna similitud a "A Wolf at the Door" de Radiohead) y con un apremiante crescendo hacia el final que culmina con todo volviendo a la tranquilidad del inicio de brillante forma. De lo escrito arriba se puede deducir que Ritual Spirit nos ha parecido un EP de notable factura, que en su breve metraje (17 minutos) exhibe un nivel de composición y detallismo que esperamos los Massive Attack puedan refrendar de mejor forma aun en un álbum de larga duración, que por lo aquí escuchado quisiéramos que salga mañana a primera hora; la expectativa ya está creada. Recomendado. 

LesterStone

Óyelo aquí:

miércoles, 17 de febrero de 2016

Suede - Night Thoughts (2016)

"Pale are the primrose you grew my love. 
 The color of your skin pale and paper thin"



El Night Thoughts es el más reciente disco de la banda británica Suede, un disco oscuro, melancólico y tétrico, tributario a Morrisey y a Bowie, este disco puede considerarse como una revisión a la época dorada de Suede, es decir a los exquisitos Suede (1993) y Dog Man Star (1994), ya que a pesar de que es un disco sólido y hasta cierto punto maduro, no muestra algo nuevo; sin embargo tiene dos cualidades, la primera es que no cae en repeticiones aburridas y la segunda es que muestra una banda madura y cohesionada, el disco llama la atención la teatralidad con la que Brett Anderson interpreta las canciones ya que les imprime un sentido histriónico que aumentan los bonos del disco, mientras que en la parte lírica Anderson y compañía hablan del fracaso amoroso y las derrotas , haciendo que cada canción sea un cuento al (des)amor. Sin duda un trabajo muy técnico y detallista, en donde Suede pone a relucir toda su experiencia

Track Listing:


sábado, 6 de febrero de 2016

Daughter - Not to Dissapear (2016)

"I hate dreaming of being with you 
Terrified with the lights out"



Cuando escuché por primera vez el segundo disco de la banda británica Daughter titulado Not to Dissapear, recordé los finales de los años 80’s e inicios de los años 90’s cuando salieron varias bandas dream pop como Slowdive, Mazzy Star, Julee Cruise y Cocteau Twins, ya que musicalmente tiene una estructura que me hace recordar a dichos artistas, y creo que no es casualidad puesto que ellos pertenecen al sello 4AD que lanzó a la fama a los Cocteau Twins.
Lo primero que llama la atención cuando escuchas a Daughter es la voz de Elena Tonra, una voz depresiva, desgarradora y melancólica, capaz de transportarte hacia un túnel oscuro, repleto de frustración y soledad, ya que la vocalista canaliza sus demonios internos a través de la música, ya que la mayor parte de la letra del disco son temas personales, cargados de incertidumbre y desesperación, mientras que en la parte instrumental, las guitarras son el soporte principal, adornadas con efectos para darle un ambiente sombrío y cargarlas con intensidad dignas de un cuento de suspenso de Edgar Allan Poe.
El Not to Dissapear es un disco frío, de principio a fin, un trabajo crudo donde no hay momentos de bonanza, una joya a la apatía y manjar de desesperación que juega con nuestra tristeza que nos saca una sonrisa mientras nuestras entrañas lloran.

Track Listing: